Desde el punto de vista legal, accidente de trabajo es toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o a consecuencia del trabajo que ejecuta por cuenta ajena.
Desde el punto de vista técnico-preventivo, accidente de trabajo es todo suceso anormal, no querido ni deseado, que se presenta de forma brusca e inesperada, aunque normalmente es evitable, que interrumpe la normal continuidad del trabajo y puede causar lesiones a las personas.
Los accidentes, por muy inesperados, sorprendentes o indeseados que sean, no surgen por generación espontánea, ni por casualidad. La actitud tan extendida de pensar que un accidente se ha producido sin existir una causa que lo desencadene, es errónea. Los accidentes son consecuencia y efecto de una situación anómala anterior, en la que existían las condiciones que hicieron posible que el accidente se produjera. Cuando no se ven claras las causas que han producido una accidente, hemos de evitar el pronunciarnos en el sentido de que dicho accidente “ha surgido de la nada” o se ha manifestado “porque sí”, echando en otras ocasiones la culpa a la mala suerte.
Muchos accidentes pasan inadvertidos porque no llegan a producirse lesiones (incidentes). Por tanto, habrá que utilizar algún método que nos permita identificar todas las posibles situaciones de riesgo y no sólo aquellas en las que este riesgo se materialice en una lesión para el trabajador.
Un INCIDENTE es un suceso que sin generar lesiones, ocasiona daños materiales o altera la secuencia normal del trabajo, llegando incluso a detenerlo. Podríamos decir que es un accidente en potencia.
Un ACCIDENTE es un acontecimiento que produce daño a las personas, a la propiedad o pérdida en el proceso productivo.